viernes, 23 de enero de 2009

Sí tuviésemos que concentrar, metafóricamente, la esencia sociológica de la última década de prosperidad del mundo occidental, no encuentro mejor ejemplo que el éxito de los parachoques pintados en el color de la carrocería, generalizado a todos los vehículos utilitarios. Todo un ejercicio de anti-razón, desapercibido en nuestra sorprendente cotidianeidad.

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