viernes, 28 de noviembre de 2008

Continúan las investigaciones, sobre el terreno, de la extraña máquina encontrada en un sustrato bituminoso de una aislada región de los Estados Unidos. Finalmente se ha podido interpretar la inscripción que figura en el artefacto, y que reza así: “Noticiador Cuántico H.J.F.”
En su interior ha parecido una hoja de papel no reciclado, en perfecto estado, con el enigmático texto que transcribimos a continuación:

“ESCANDALO EN LA ENTREGA DE LOS PREMIOS NOBEL 3012:

Se han retirado a David X. Cohen los Premios Nóbel correspondientes a las áreas de Física, Química, Fisiología y Medicina, Literatura, Paz, y Economía, que le habían sido entregados el pasado 10 de diciembre.
Simultáneamente se ha detenido a un individuo que responde a las iniciales de B.B.R., del que lo único que se ha podido averiguar es su relación con el doblado de vigas, como principal sospechoso de la alteración de los resultados.
Por decoro, no reproducimos las escatológicas frases vertidas por el sospechoso durante su detención.

El eminente profesor Hubert J. Farnsworth ha calificado los hechos como: “absolutamente intolerables, exigiendo un castigo ejemplar, y la vuelta inmediata a la tradición milenaria de otorgar premios y galardones, siempre a autores moribundos, compañeros ideológicos, o en pago de favores, y nunca en correspondencia a la calidad objetiva de las obras juzgadas”

Las investigaciones continúan, y todo apunta a que también pueden estar implicados P.J.F., y M.A.G. como cómplice, e inductor, respectivamente.”

Debido a las contradictorios resultados del análisis del Carbono 14, los arqueólogos y futurólogos no acaban de ponerse de acuerdo en el origen del misterioso hallazgo.
Yo constato con divertida desolación, que en la mente humana, el futuro siempre se acaba convirtiendo en un pasado con fecha incierta.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Judasick Park

“Jamás se encontrará lo que no necesita ser buscado” - AP

Nunca olvidaré la suave sonrisa de aquella azafata sirviéndome un Chivas doble, momentos antes de aproximarnos a la cabecera de pista, mientras de reojo observaba por la ventanilla como se alejaba el vehículo especial, que me había depositado hacía instantes en la escalerilla de nuestro ibérico pájaro de acero. Todo un gesto, teniendo en cuenta que gracias a mí inoportuna existencia, demoraron mas de cuarenta minutos un despegue, que cerraría tras de sí el exiguo pasillo aéreo, flanqueado por nerviosos gorriones de la General Dynamics, que evolucionaban lanzando bengalas sin descanso sobre la asfaltada llanura de Ben Gurión.
El beatífico vaso dilatador recompuso de inmediato mi ánimo, alegrándome por disfrutar al fin, de un confortable asiento, en el último vuelo programado hasta la finalización del conflicto.
Corrían los previos a una convulsa Navidad de 1990, y la Coalición Internacional se preparaba, para lanzar la reconquista de un Kwait en manos iraquíes.

Unos cuantos días antes, me debatía argumentando las razones de mi deportiva visita en tiempos de guerra, en un reservado del aeropuerto de Tel-Aviv, y ante unos paisanos con aspecto de haber sido entrenados en el castillo de Atlit, muy poco proclives a la chanza dado el cariz, que la situación de la zona iba tomando por momentos.
Una vez descartado el parecido entre un scud y mi tabla, inicié por carretera mi viaje hasta Netanya, donde conseguí un alojamiento conveniente en el área de Amphi Gan-Hamelech, a tiro de piedra de las ansiadas olas. Durante unos largo minutos, resistí la inánime y torva mirada de la máscara anti-gas, que a modo de cordial recibimiento reposaba mansamente sobre la cabecera de mi cama.
Desde este neurálgico centro de operaciones, recorrí toda la costa, siempre en transporte público, desde Rafah hasta la reserva marina de Rosh Ha-Nikra en las estribaciones del sur del Líbano. Las olas fueron magníficas, y por fortuna los iraquíes manejaban, todavía, una tecnología en el guiado de misiles, que hubiese despertado la ternura de mi abuelo, quedando los sobresaltos de los altavoces callejeros en simples falsas alarmas.
Aún pude disfrutar de la degustación de exquisitas especialidades marineras inéditas para el estándar conocido de las comidas kosher y taref, y realicé numerosas incursiones a las entrañas de los asentamientos de la zona, con bastante libertad, salvo la constante aparición de algún militar fuertemente armado, que casualmente siempre se sentaba a mi lado. Un día en la playa del Sheraton de Tel Aviv, incluso tuvieron la delicadeza de “encontrarme” con una hebrea-argentina que demostró un gran interés, quizá demasiado, por mi humilde persona y por mi cuaderno de apuntes de acuarela.

Salvo estos pequeños avatares, la visita me permitió conocer el fascinante campo de operaciones que, fraguado en la mente de algún británico estadista años atrás, compone un laboratorio sociológico de primera magnitud en un inédito fenómeno de identidades superpuestas.
Israel es un país condenado, como todos los demás, a un destino marcado por las humoradas de los que escriben la Historia. Su papel como bastión de Occidente, es sin duda alguna, duro e incómodo, y esto ha extinguido de sus pobladores cualquier vestigio de humor humano, algo comprensible y terrorífico, en un escenario edificado desde hace milenios sobre cimientos de sangre coagulada. Sus palestinos y antagónicos hermanos de sangre, comparten esta cruel condena.
Cuando eran “malos”, mantuve muchas y filosóficas conversaciones con un lúcido amigo libio, al respecto de una convivencia basada en la superposición de Estados coetáneos sobre un único ámbito geográfico, y mis desoladoras conclusiones al respecto de este conflicto fratricida, terminaron por reducirse como siempre, a una de mis imposibles propuestas: El Judasick Park.

El final de esta irracional lucha entre hermanos, es intelectualmente imposible mientras prevalezcan (que lo harán) sus respectivas posturas ideológicas. La herida es tan antigua, que sus células han llegado a olvidar el proceso de la coagulación, y por tanto es inútil una reconciliación basada únicamente en los valores universales de concordia y convivencia.
Descartada la tesis de la paloma, centrémonos en el rincón prosaico de toda alma humana:

Creemos un gran parque temático a escala 1/1 de la confrontación entre hermanos, y saquémosle partido cobrando entrada. Hoy en día la tecnología pirotécnica permite todo tipo de engaños. Mantengamos el conflicto como un gran espectáculo de sangre falsa, balas de látex, y morteros de fogueo. El gasto en caracterización será mínimo, y los actores no deberán esforzarse demasiado en memorizar su papel. Salvo estrictas necesidades de guión, los niños no perderán escuela y hasta aún podrán protagonizar escenas con cinturones de petardos en sus inocentes cinturas.
Los reporteros, sin correr ningún peligro, podrán vender sus fotos a los turistas que posarán sonriendo con una Uzi de juguete, ante una masacre de mentira, y en la que se pueda elegir el bando.
Garantizo unos fabulosos ingresos para todos, que por fin harán desaparecer la miseria local; millones de nuevos visitantes, atraídos por la inmunda observación de la violencia ajena, disfrutarían anualmente de este grandioso complejo, sin más daños colaterales que los derivados de alguna indeseable insolación o de caprichosas manchas de hemoglobina en sus ropas.
Un éxito rotundo, que aseguro acabaría cada noche en una fraternal cena en común, para dividir los pingües ingresos de cada día.
Judasick Park, un gran cambio hacia la prosperidad!

Salam-Shalóm, por los siglos de los siglos. Amén.
(como dijo el apátrida de Nazaret)


PS. Dedicado a Daniel Barenboim, Fathi Swedan, y a la desconsolada mirada del moshad, tras rajar mi tabla de surf, en una fría sala de aeropuerto, y al que ofrendo cariñosamente mi aforismo del subtitulo.
"El orgasmo es la explosión poética de nuestro sistema nervioso central. La Poesía es la masturbación del alma"
-
Aforismo personal dedicado a Adriano del Valle

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Pensamiento del bendito mono, prisionero, entubado, y monitorizado que experimenta la vacuna contra el SIDA:
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"¿Será posible que todo esto me esté pasando porque uno de estos humanos perturbados violó a mi bisabuelo?"

martes, 25 de noviembre de 2008

Habanera del Reypresco: La voz taína

“Yo soy un hombre sincero, de donde crece la palma, y antes de morirme quiero, echar mis versos del alma” – José Martí

Corría el principio de la década de los años ochenta. No recuerdo como ocurrió, pero en la leal compañía de un viejo camarada de armas adolescentes, el destino nos encomendó una misión muy especial. Un vasto territorio inexplorado, cuajado de crestas blancas entre paredes de turquesas vírgenes, enroscadas al arrullo de la manigua, ofrecía la esplendorosa promesa de un baño perfecto. Difícil resistirse a tan extravagante ocurrencia, en los confusos albores de un proyecto de apertura, aún plagado de gélidos soviéticos. El caso es que, como dos vulgares violadores, acabamos descubriéndonos ante unos recelosos agentes fronterizos con nuestras armas cuidadosamente enfundadas. Tras una eterna, meticulosa y sorprendida inspección, a la que siguió un interrogatorio (aonde etá el motosito?), en el que tuvimos que esgrimir interminables argumentos, para explicar los fundamentos de algo completamente desconocido para ellos, finalmente obtuvimos el deseado visto bueno: -Pueden pasar con los baquitos, pero a su marcha, repórtense para confirmar que se los llevan de vuelta...-

Nuestro primer objetivo no pudo conseguirse al completo. La tradicional y tropical tormenta Tejerina de turno, rondaba sobre nuestras cabezas, devastando las tibias formas de nuestro deseo. No obstante aún pudimos disfrutar de algunas inolvidables sesiones, ante el asombro de los locales que se arremolinaban en las orillas para vernos evolucionar entre las incansables andanadas de jade oceánico, algo nunca visto desde hacía al menos tres décadas, y completamente olvidado en su maltratado imprinting colectivo, debido probablemente a una erróneamente interpretada, ascendencia imperialista del arte del Surf.
Nuestra estancia transcurrió sin más incidentes reseñables que el inevitable aumento de nuestras transaminasas, y alguna quemadura cutánea de futura factura; pudimos visitar uno de los hogares tropicales del borrachuzo de Oak Park, por el que brindamos profusamente en la Bodeguita de Enmedio; sufrimos un aparatoso incendio en nuestro alojamiento capitalino, y hasta tuvimos un divertido y confuso lance con una madura mujerona de apariencia esquimal que, en extraño dialecto de la península de Kamkatcha y a la voz de delicatessen, nos ofrecía su pantorrilla voluptuosamente. El entuerto se deshizo tras enseñarnos, emboscada bajo la providencial cocotera, una lata de caviar Petrussian negro y otra de rojo, que coincidían con el color de sus zapatos y de su falda. Los recursos de la astucia, extraperlada!

He de confesar, que durante ese viaje caí rendido ante la belleza natural de la indiscutible Perla del Mar de los Caribes. Desde su enmohecido urbanismo colonial hasta el secreto de su selva pensil. Y por supuesto del trato exquisito de sus amables gentes, fauna, y flora. El impacto fue tal, que incluso pensé en solicitar un asilo espiritual, que habría terminado irremediablemente en el primer suicidio perpetrado por el síndrome de Stendhal.
Tuve la fortuna experimental de colarme en la celebración de un inenarrable y etílico Congreso del Partido Comunista Húngaro, que terminó a altas horas de la madrugada, con el obsequio de una medalla conmemorativa que aún conservo, entre cánticos melancólicos de una contradictoria ensoñación de comunismo tropical, vilmente espiado.
A pesar del control de movimientos de la época, traté con muchos cubanos, y asistí paciente, desapercibido y respetuoso, a la brutal ceremonia que el comandante ofició en la Plaza de la Revolución, en un último regalo de multitud sofocante, calor y moscas, ante los féretros de los últimos compañeros caídos en la inexistente intervención angoleña. Volví con tres tesoros: un muñón de caoba, una excelente edición del Método Stanivlaski, y un gran manual de boxeo; aparte de algún Cohíba de contrabando, y un pedazo de Caribe en la retina.

Que gran país esta Cuba. Es una verdadera lastima que el destino de este gran pueblo, nunca soberano, parezca verse reducido al de la esclavitud; primero ante un rey, luego ante un presidente, y últimamente ante un comandante.
Este pueblo íntegro y educado, ha pasado, de tener prohibida la salida de la plantación, a tener prohibida la salida de su propia isla, siempre en una eterna carambola cargada de grilletes, maquillados con la sonrisa de mil caras, del perverso principio rector.
En un previsible futuro, sería terrible, y no descartable dado el estigma que parece perseguirles, que en los próximos viajes interplanetarios, se les acabe también vetando la salida voluntaria del planeta.

Aún a pesar de esto, queridos hermanos cubanos, os tengo en tanta estima que no cejo en la esperanza de ver llegar el día en que deshagáis por vosotros mismos, este cruel desatino para siempre, y si fuese precisa ayuda externa, yo desde aquí me permito ofrecerme de una forma franca y desinteresada para romper definitivamente esta despiadada cadena.
Sé de antemano, que en vuestro poso colectivo queda poco lugar para la confianza en la promesa humana, y no obstante, me quiero postular humildemente como nuevo Reypresco de Cuba. Una nueva y colosal figura, que compendie la refundación ideológica de lo mejor de cada uno de los únicos regimenes, que habéis tenido que soportar a lo largo de vuestra sufrida Historia.
Poco tengo que ofreceros, salvo mi juvenil experiencia fundadora del Frente de Liberación de Albania y la torpe experiencia de un espíritu siempre inquieto.

Yo os prometo libertad, dignidad, e igualdad y justicia democrática, a cambio solo os pido escuchar de nuevo el susurro de la voz taína, mecido por el arrullo de la palma, y al raso de un cielo de cocuyos, en mi añorada Baracoa.
Compañero, Olas o Muerte, Venceremos !

lunes, 24 de noviembre de 2008

Resultado imposible de los próximos Premios Nobel de 2009:

Premio Nobel de Física: Matthew Abram Groening
Premio Nobel de Química: Matthew Abram Groening
Premio Nobel de Fisiología y Medicina: Matthew Abram Groening
Premio Nobel de Literatura: Mattehw Abram Groening
Premio Nobel de la Paz: Matthehw Abram Groening
Premio Nobel de Economía: Matthehw Abram Groening

viernes, 21 de noviembre de 2008

Es sorprendente que a estas alturas, salvo en flagrantes casos de politología forense, aún puedan existir dementes que presten la mínima atención a las ideologías marxista, fascista, o nacionalista, en cualquiera de sus variantes. Por una simple cuestión de ética intelectual, coherencia cronológica, y respeto a la dignidad humana, deberían ser trasladadas definitivamente a la fosa común del cementerio de las doctrinas.
Un repaso a la intensa historia del siglo XX confirma el brillante éxito que obtuvieron en su aplicación práctica, y en el ratio de felicidad que proporcionaron a las mayorías que los padecieron (o padecen). Todo ello sin mencionar el vergonzoso rastro de los millones de huesos, que descarnados a fuego y sangre, han abonado profusamente y en su nombre, la faz de nuestro sufrido planeta.
Claro, que olvidaba que la entrada en el nuevo siglo XXI, y nuestra torpe e ignorante condición humana, tampoco garantizan en ningún caso la desaparición de las siempre turbias y perversas prácticas sadomasoquistas. Parece ser que siempre existirán cretinos a los que les gusta dar y recibir azotes en el culo, fuera del privado lecho consentido.
Habrá que pensar en algo que les mantenga entretenidos.

jueves, 20 de noviembre de 2008

La Burla Negra

“Como los icebergs, debajo de cada mueble flotante hay siete partes de serrines y barnices, y horas que no se ven, y si Dios hubiera querido que los barcos fueran de otra manera (o madera) habría hecho los árboles de fibra de vidrio ...” - Ramón Lastra

Añorado Gran Dragonier,
Parece que fue ayer, y hace ya casi dos años que soltaste amarras y te echaste al mar infinito, para no volver a pisar esta inhóspita tierra.
Aquellas lejanas tardes de dorado verano, también hoy evaporadas, nadie podía sospechar que el cangrejo maldito con el que tus dedos jugaban compulsivamente, te acabaría alcanzando para embarcarte precipitadamente, en la eterna singladura que todos tenemos pendiente.
Recordaba con mi hermano algunos lances de esas tardes estivales, y reíamos rememorando tus apariciones por el Vicaño, a lomos de tu vieja Road tresymedio a la que otorgaste el regalo de una tercera juventud, con fileteado blanco y stickers customizados por tus incansables manos de artista, y que estrenamos en la Armenteira con una hilarante “salida de pista”, sin mayores consecuencias que el susto de un viejo cruceiro. Nunca he olvidado, que en mi infancia fuiste uno de mis maestros en la vieja Escuela de Vela, ni tampoco las tardes que compartimos, manejando traviesas gotas sobre pliegos de algodón, con un Cutty entre las manos, y debatiendo las bondades de Windsor y de Newton mientras nuestra imaginación divagaba entre mares imposibles, surcados por los más bellos artefactos creados nunca por el hombre.

Una tarde, emboscados en el laberinto rocoso de nuestra privada costa, incluso asaltamos con tu complicidad aquel navío prestado, cargado con niñas monas que algún imprudente te había confiado, necesitando de toda tu pericia marinera para esquivar la lluvia de piñas que arrojamos desde nuestro bote, sorteando los bajíos. Recuerdo tus risas al comentar la jugada, que según tus propias palabras, fue sin duda la más arriesgada acción de piratería que vieron las costas gallegas, desde los tiempos de nuestro admirado Benito Soto. Tu maravilloso y domestico museo marítimo de la Avenida de Orense, recién llegado de tu exilio madrileño. También tu ilusión contando tu doblada (al fin!) de Hornos, nuestro Cabo favorito.
Tuve la suerte de navegar en tu querido Stradivarius del mar, y hasta de portar tu gorra de Capitán de submarino alemán. Una tarde de marea alta hicimos una de tus exhibiciones favoritas consistente en acercarnos tanto al malecón de Combarro, que todos los comensales de la zona se desaforaron por advertirnos del peligro, mientras la regala de caoba del costado de estribor casi rozaba el viejo cantil, para virar repentinamente ante el asombro general de nuestros preocupados espectadores.
Aquel día disfrutamos como nunca del tradicional escocés, sintiendo en mi brazo el latido del Borresen más bonito que nunca surcó los mares, crujiendo bajo un noble noroeste entablado.
Quién sino tú, y tu fiel “Tannhauser”, previamente rescatado por ti, podrían haber salvado a aquella naufraga lanuda de una muerte segura a la altura de Campelo; rescatador y rescatada rezaba una de tus fotos favoritas.

Hace unos años, sombra de un mal presagio de futuro, te acercamos a Montecelo ante el cariz de tu tos persistente y sobornamos al médico, sin gran éxito, para apercibirte por tus excesos a los que jamás prestaste excesiva atención. Ahora sé, que a pesar de ello jamás descompusiste tu personal y extravagante perfil de dandy bretón, ya predestinado al sordo silencio de la eterna calma ecuatorial.
Pocos supieron valorar merecidamente tus obras y tus inmensos conocimientos navales, en un país tan prejuicioso y poco afecto a otra tradición que no sea la ideológica. Desde los tiempos de Rafael Monleón, nadie supo interpretar el mar y sus naves como tú, y como muchas veces comentamos, tu intensa y personal vida hubiése cambiado, si tu lugar de nacimiento hubiese estado en Cowes, Newport o Nantucket. Como Lord Jim, perseguiste tu fatal destino contra viento y marea, siempre a tu aire, siempre a tu ritmo, sin escuchar más consejos que el de los cantos inaudibles de tus célticas sirenas, y al son de tu pincel de fina marta cibelina.

Querido Moncho, el aciago día en que “La Burla Negra” vuelva a asomar sus cangrejas por la boca de la Ría, estaré dispuesto para embarcarme, sin más equipaje que el mar en la mirada, y con la seguridad de que a la rueda estarán tus firmes manos, de irrepetible artista marino.

Y de nuevo, volveremos al mar.

Obra de Ramón Lastra: http://www.ramonlastra.com/

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Podemos afirmar con orgullo que la guillotina aún continúa en vigor en España. El mérito es todo de nuestras fenomenales autoridades encargadas del Tráfico. Lo de los guarda-raíles y las motos comienza a somatizarse, desgraciadamente a paso de huevo, pero nadie parece fijarse en las traseras asesinas de cualquier camión o camioneta que nos preceda, en la mayoría de los casos sin parachoques, o con estos a la altura de nuestros ojos, y siempre con la carrocería sobresaliendo sobre el chasis. En caso de alcance, nuestra cabeza será limpiamente amputada para desconsuelo del inútil señor airbag.
Claro, que para que a alguien se le ocurriese homologar la altura de los elementos de impacto de todos los vehículos rodantes haría falta cabeza, y me temo que los que mandan en el negociado son inmunes a la devastadora cuchilla.
Todo apunta, a que éste molesto apéndice capital no figura entre su equipamiento de serie.

martes, 18 de noviembre de 2008

El tenebroso velo

“Cada cual se fabrica su destino” – Miguel de Cervantes

Enfrentarse a los problemas que han originado el actual sentimiento de un gran sector de la sociedad vasca no deja de ser una labor prolija e inmensa. El tema se ha abordado desde diferentes ópticas, imperando las políticas e ideológicas, pero pienso que nunca en profundidad desde él ámbito de su comportamiento y mecánica sociológica; Estas diversas aproximaciones, al menos han dado como resultado una denominación de partida a su problema: “el conflicto vasco”. Un conflicto, personal e intransferible, que por otra parte estigmatiza su sociedad y condiciona la felicidad de la actual y de las futuras generaciones, y que tiene visos de convertirse en algo consustancial y contrapuesto a su, ya mistificada en el recuerdo de los tiempos, apacible y bucólica existencia ancestral.
Los políticos locales que han propiciado esta especie de condena en vida, la renuncia por imposible a la búsqueda de la felicidad colectiva mediante la perpetuación del “conflicto”, tienen una responsabilidad que lamentablemente, solo con el paso de los años podrá ser valorada ética y moralmente por los que les otorgaron con sus votos la esperanza de un futuro mejor.
Uno de los dos mecanismos de cultivo de este “conflicto”, además, ha pasado ya hace muchos años a convertirse en algo siniestro desde el momento en que ha costado y pasará, desgraciadamente todavía, a costar la vida de muchas personas, víctimas del azote de las armas.

Desde este enfoque, un primer análisis desvela que la estrategia que han desplegado para tratar de resolver sus cuitas esconde una contradictoria paradoja: Su estrategia es profunda y sustancialmente española. La historia de España, desde la invención de las guerrillas (aún antes), que algunos no conocerán, y que constituye la mayor aportación ibérica a la estrategia bélica del planeta, está plagada de tiros en la nuca, bombas en pucheros, y acuchillamientos por la espalda. Hasta el famoso y españolísimo caballo de Pavía se sentiría orgulloso, en su espíritu Marciano, de la resolución de conflictos a tiros. Esta simple y atroz característica deshace el principal postulado reivindicativo de su lucha: No puedes negar tu españolidad cuando tus actitudes son profundamente españolas, y en las antípodas de, por ejemplo, países septentrionales con los que has tratado de identificarte como argumento para avalar tu diferenciación histórica. Esta característica, y mientras no se acabe con la estrategia de las armas, siempre evidenciará las sombras de su argumentario oficial, eliminando de facto su construcción ideológica basada en un “hecho diferencial” difícil de demostrar con sus acciones.
Esta conclusión me reafirma en que, ahora más que nunca, debemos enfocar el asunto en su trasfondo sociológico para encontrar nuevas claves a este cruel, inútil y excéntrico comportamiento contrapuesto a la doctrina de sus fines. Un buen ejemplo de esta irracional conducta, sería el de un gato que mientras muerde y araña, insistiese en que él, es en realidad un perro. Para asombro de los que más reniegan de su condición hispana, son ellos mismos con su cavernícola actitud, los que vienen reafirmando lo más negativo de la España brutal y primitiva, manteniéndose de hecho, como la reserva espiritual de lo peor de los españoles. De una España afortunadamente antigua, de la que si bien no podemos renunciar, bien vale la pena al menos conocer, para evitar sus estragos en el futuro.

¿Pero porqué el gato quiere ser perro?
La segunda parte trata sobre el porqué de la anuencia por parte de los políticos locales a la acción de estos vándalos armados. Muchos han opinado desde un prisma político, que ambas acciones, la armada y la política tiene el mismo fin. ¿Pero cuál es este fin? Aquí entramos a responder la retórica pregunta anterior: A lo mejor resulta, que lo que él gato en realidad quiere, es no ser un perro y por tanto perder así sus privilegios domésticos. Mientras nuestro gato continúe con su extravagancia identitaria, nadie cuestionará, porqué él puede dormir en una cama caliente y se lleva las mejores raciones durante la cena, mientras su perruno compañero duerme todas las noches al raso.
No sería por tanto descabellado pensar, que la tan cacareada ansia de independencia quizá no es del todo auténtica, ya que implicaría en última instancia la desaparición de sus privilegios. Desde el punto de vista sociológico, el fondo de su eterna reivindicación política simplemente encubriría algo mucho más prosaico: El interés por proteger y mantener su actual estatus, que comprende entre otras prebendas, su autonomía financiera; el famoso cupo vasco, que a través de un tupido velo reivindicativo trata de enmascarar su dudosa compatibilidad con una democracia igualitaria. De ser así, su estrategia siempre se basará en la exigencia perpetua de máximos para no entrar en el fondo del asunto y no hacer así evidente el agravio comparativo que supone su actual situación. De esta manera nunca se afrontará la auténtica realidad, que opaca la difícilmente explicable situación que representa el que, en pleno siglo XXI y tras una transición democrática, unos cuantos ciudadanos de nuestro país convivan con el resto, desde una situación de ventajas económicas institucionalizadas por prebendas medievales. Sería realmente triste, que de ser esto así, este segundo mecanismo de comportamiento, resumido en que la mejor defensa es un buen ataque, haya existido en el trasfondo de la absurda e intolerable perdida de vidas humanas durante todos estos años de democracia.

El ciudadano medio desconoce que hoy por hoy, en nuestro país, no todos tenemos las mismas cargas fiscales, incumpliéndose el principio constitucional de igualdad de todos los españoles ante la Ley; la difusión de esta realidad pondría en evidencia que además, curiosamente, son siempre los que más se quejan, los más beneficiados. Esto es una realidad indiscutible y difícilmente corregible desde el ámbito sociológico, salvo que en los colegios se impartiese una asignatura que podríamos titular “España y sus recovecos”, que además sería dificilísima. Sólo en el momento en que exista una conciencia colectiva y mayoritaria de esta antidemocrática circunstancia, se podrán abordar con rigor los mecanismos constitucionales que permitan establecer igualitariamente las obligaciones y los derechos imprescindibles para construir un Estado moderno, incompatible con los principios feudales todavía en vigor. En ese deseable momento, a lo mejor nos llevaríamos sorpresas sobre quién pediría la independencia sobre quién, concluyendo para siempre la reivindicación de su perpetuo agravio mediante el uso de la violencia, amparado por las actuales y paradójicas circunstancias que lo nutren indefinidamente.

Esta senda no aparece demasiado clara en el horizonte de nuestro panorama político. Mientras los políticos directamente implicados en el asunto no tengan el coraje democrático suficiente, y a través de una intensa pedagogía, para rasgar el velo que oculta la existencia de agravios comparativos en nuestro orden institucional, podemos vaticinar que desgraciadamente tendremos que continuar sufriendo el azote de estos españoles primitivos, armados y embozados en este velo del privilegio indiscriminado; apareciendo ante nosotros, siempre por la espalda, como espectros fraguados en tiempos pretéritos, y empuñando la guadaña de la genuina barbarie ancestral de nuestra querida y peculiar piel de toro.
El sordo y tenebroso aguafuerte del de Fuendetodos, ya nos lo anticipó.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Salvo contadas excepciones, trato de no leer nada de autores vivos. La inmensa producción literaria del hombre condiciona esta discriminación, mediatizada por la prioridades intelectuales y cronológicas de nuestra corta existencia. Esto me permite, además, releerme con total naturalidad.

viernes, 14 de noviembre de 2008

FUNDAMENTOS DE LA DOCTRINA RAZONALISTA

“Nuestra vida es una rendija de luz entre dos eternidades de tinieblas”
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Preámbulo:

El razonalismo, al igual que cualquier otra corriente filosófica persigue un fin y este no es otro que conformar un soporte al nuevo análisis que surge de la observación atenta de las nuevas y siempre cambiantes circunstancias del hombre y de su entorno intemporal. Los fines últimos de este análisis, también afectos a la simple interpretación de los hechos, no escapan ni esconden una intención universalizadora del conocimiento aplicado, basado en la experiencia individual y colectiva, y dirigidos a la mejora de nuestra condición como ser pensante. Esta ambición, impermanente como nuestra propia existencia, será también superada en tiempos venideros por nuevos enfoques aún indeterminados.
El deseable, y siempre momentáneo avance científico, está siendo una vez más en este preciso momento de la Historia, protagonista y generador a través de nuevas disciplinas, como por ejemplo la bioética, la robótica, o la física cuántica, de la permanente brecha existencial, y por ello es necesario su abordaje desde nuevos puntos de vista globales. Este punto es sustancial ya que el razonalismo no se detiene en el juicio del pasado, sino en su observación para concluir nuevas visiones temporales adecuadas al nuevo siglo. La Historia, en todos sus ámbitos, es fundamental para construir el nuevo edificio razonalista con nuevos materiales de aportación, extraídos del reciclaje de los viejos dogmas.

Principios:

Sus fuentes por tanto, emanan del estudio sin apriorismos de cualquier doctrina humana anterior, tamizadas por el filtro temporal de su resultado enunciativo o aplicado, en la experiencia individual y colectiva. No será por tanto extraño encontrar referencias explícitas a principios filosóficos ya existentes, desde la tradición clásica helenística, hasta la oriental, pasando por la corrientes humanísticas, positivistas, constructivistas, relativistas, racionalistas, y hasta existencialistas. Los principios filosóficos clásicos constituyen un patrimonio heterogéneo de inestimable utilidad que han de distinguirse mediante una selección adecuada. Una recapitulación general y hekatonquírica, de nuestro pensamiento colectivo, que aunque pueda parecer contradictoria, nos sorprenderá por lo innovador de su resultado.
Con estos argumentos desarrollaremos un opúsculo filosófico que se desgranará paulatinamente, abordando inicialmente los campos siguientes:

■ Razonalismo y existencia: Principio y enunciado de la Ecuación Universal
■ Interpretación razonalista de la nueva Ciencia.
■ Ética razonalista
■ Perspectiva razonalista de la religión.
■ Razonalismo y espíritu rector.

La formulación y enunciado de ésta doctrina se hará, como no podía ser de otra manera, a través de Internet, la nueva imprenta democrática y virtual de nuestra era, para ser posteriormente recopilada en su conjunto en: http://razonalismo.blogspot.com/

El resultado de su potencial éxito, será únicamente juzgado a través del filtro del tiempo.
Es comprensible mantener cierta rabia al examinar el panorama de la cultura española actual, impregnado de retrógrado dogmatismo gregario y oficialista, sobre todo teniendo en cuenta que es uno de los pocos campos en los que tendríamos bastante que aportar al resto del mundo. Nuestro bagaje como nación fronteriza y transnacional, es tan amplio y rico como el individualismo de algunas mentes preclaras que han deambulado en solitario por el pasado siglo. Nuestro revoltoso avatar histórico, es además en sí mismo, un Universo sociológico a escala del comportamiento humano, que ha sufrido en un corto periodo de tiempo todos los bandazos imaginables. Este preciado tesoro constituye una fuente inaudita de experiencia y conocimiento; un compendio, que con un mínimo esfuerzo intelectual, nos debería permitir una refundación ideológica dirigida a construir un futuro mejor para los que vengan detrás.
Somos, por derecho propio, una de las naciones más enloquecidas del planeta, y estamos en el momento propicio, visto el panorama global, para ponernos a la cabeza del mundo en el desarrollo de una nueva perspectiva cultural de proyección universal.
Nuestra responsabilidad como depositarios de este genial y heterogéneo patrimonio, no nos deja otra elección.
Sí, tú español rabioso que lees esta líneas, has sido también elegido.

jueves, 13 de noviembre de 2008

"La anticipación nunca ha sido garantía de éxito, la precipitación sí lo es de fracaso" - AP

miércoles, 12 de noviembre de 2008


PRIMER MANIFIESTO RAZONALISTA: El Arte de la Conciencia, una reivindicación de la nausea

“La conciencia sólo puede existir de una manera, y es teniendo conciencia de que existe” –Jean Paul Sartre.

El benéfico laboratorio que patentó el principio activo del hidrocloruro de metaclopramida ha sido, seguramente sin ninguna otra intención más que la hipocrática, el perfeccionador de una ancestral doctrina que se ha intrincado, una vez más, en las neuronas del arte y del pensamiento español. La neutralización de la nausea en la conciencia artística, se ha intentado de forma sistemática desde hace siglos, y aunque más o menos disimuladamente, siempre ha figurado en las corruptas intenciones primordiales del heterogéneo mundo de los que han intentado controlarla, auto justificada en su atribuido papel como infalibles regidores de nuestros destinos.
Estos dos mundos, el de la creación artística, y el de la creación e implantación de principios ideológicos de convivencia, siempre han mantenido una rivalidad basada en una feroz desconfianza mutua. Esta desconfianza ha sido el motor de nuestra evolución cultural desde que aquel hombre vomitó el primer toro en Altamira. La consecuente recriminación, por su incomprensible conducta manchando paredes, provocó una brecha espiritual que conformó la base de su conciencia creativa y se constituyó al mismo tiempo en su intransferible fuerza motora. Todo el que pretenda dedicar su vida a la creación intelectual y se mantenga alejado de esta desconfianza estará necesariamente muerto.
La ecuación de coexistencia entre ambos mundos, el rector y el educativo, probablemente necesaria como concluyó Plutarco en sus pedagógicas “Vidas paralelas”, no implica la homogeneidad ética de sus factores, y por ello tampoco de su comportamiento. Sus fines y sus principios, sin entrar en consideraciones morales, son simplemente diferentes. La mayor diferencia entre ambos se basa precisamente en la característica interpretativa de la conciencia colectiva de sus respectivos universos. El mundo rector la va reinventando en una catarsis permanente y a veces contrapuesta, con el fin de mantener el control, bajo los nuevos dogmas que alimentan las cambiantes circunstancias, mientras el educativo mantiene su esencia transformadora original con diferentes formas expresivas, que condicionadas por la ausencia de cualquier fin legítimo ajeno a la satisfacción personal del creador, representan su única esperanza de supervivencia e independencia. El conjunto de acciones históricas de la primera carece de toda ética en su conjunto, la segunda, ha mantenido su espíritu primigenio a través de los siglos, aún a pesar de la actitud reprochable de algunos de los que han intentado formar parte de ella.

El vómito creativo necesita por tanto de esta completa independencia para mantener su divina condición natural, que sólo el tiempo avala, ajena al control del mundo rector. En España, de una forma sutil a veces, y brutal otras, cada ideología emanada del mundo rector ha intentado conseguir un argumento extra para mantener este control. Unas con ignorancia y desprecio, y otras con fingida comprensión y subvención corrompida. Este pulso continuado en nuestra sociedad ha sufrido diferentes estadíos y, una vez más, en estos tiempos nos están tumbando la mano.
El objetivo siempre intenta ser el mismo, la neutralización de la nausea.
Nuestro panorama actual se presenta desolador: Lo que nos ha quedado son exiliados, cadáveres, o espíritus infectados por la sífilis del pensamiento único y la apropiación de la manifestación de la conciencia, en beneficio de la ideología del ente rector.
Este proceso ha de ser neutralizado de inmediato, existe mucho talento aún por descubrir, y la conciencia del arte debe impedir que privemos a las futuras generaciones de su enseñanza.

Alberguemos por tanto una esperanza. La crisis actual de España será el germen de una nueva raza de artistas que pongan en duda los principios dogmáticos de cualquier ideología creada por el principio rector. Debemos hacer una renuncia expresa a la maléfica subvención, que únicamente corrompe la conciencia atávica, reduciendo su creación a un prosaico vómito ideológico alejado del fin último del arte. Rescatemos la duda como principio creador y mantengamos nuestro nivel de conciencia alejada del sistema rector. Despertemos del letargo. Sus fines son necesariamente opuestos a los nuestros, como poco se lo debemos a la conciencia de todos nuestros maestros en el pasado, el presente, y el futuro.

Aquí, y ahora, un nuevo movimiento de pensamiento universal está naciendo de acuerdo a las nuevas circunstancias de la Humanidad.
Nuestra nueva filosofía se nutre del conocimiento reflexivo y profundo de la evolución histórica de las civilizaciones que conforman la Humanidad, de los nuevos retos filosóficos generados a partir de los últimos avances científicos y de las consecuencias futuras que derivan de su implantación. De una seria y global interpretación de la historia en su contexto, que posibilite la democratización universal del conocimiento que hemos adquirido, y del respeto analítico de todos los acontecimientos que la componen. Abandonemos los viejos dogmas ahora que conocemos sus resultados, la ciencia y la técnica nos han dado una nueva perspectiva de la que debemos aprender para evitar errores futuros. Nuestra conciencia nos obliga.

Así que, en memoria de aquel hombre primitivo, creadores de cualquier ámbito de expresión colectiva de nuestra conciencia individual, incluyendo artistas cupulares y catedralicios que deambuláis por el filo del sable, levantad vuestras armas de creación antes de que sea tarde, y vuestro espíritu arda en la llama eterna del olvido y del desprecio. Alejémonos del intento corruptor de nuestra conciencia sin temor.
Estamos asistiendo en estos albores del siglo XXI al nacimiento de un nuevo sistema de pensamiento: El razonalismo.

Nuestro hombre primitivo nos lo agradecerá, y así rendiremos homenaje perpetuo al espíritu de todos los que antaño nos proporcionaron, a veces pagando el tributo de una penosa existencia, el regalo de una conciencia artística que nos permita continuar vomitando en libertad.
Artistas de España, poetas, pintores, escritores, escultores, músicos, pensadores..., salid de la cueva y contemplad el resplandor del Universo con renovada esperanza.
¡Muerte al Primperán!
¡Viva el Razonalismo!
Seguimiento de la nueva doctrina: http://razonalismo.blogspot.com/

martes, 11 de noviembre de 2008

A estas alturas, son pocos los que pueden tomarse en serio lo de una Unión Europea, más allá del ámbito meramente económico. La prueba más palpable de esta utopía, es la falta de interés de los políticos de turno por haber creado una televisión europea única, que junto con el balompié, constituyen los únicos aglutinadores comunes de nuestras respectivas sociedades climatizadas, de tresillo y mando a distancia.

lunes, 10 de noviembre de 2008


Un cierto futuro: España paraíso fiscal

“No hay viento favorable para el que desconoce su rumbo" - Lucio Anneo Séneca

En el artículo del pasado Octubre, titulado la Hydra-Crísis española, ya expuse a grandes rasgos la realidad de la situación económica, y la ausencia de un Plan Director que imbrique nuestro futuro a partir de esta realidad. Este asunto de primera magnitud, urge un inmediato abordaje ya que, por lo que estámos observando, algunas de las grandes naciones occidentales de la tierra ya están dándo vueltas a las posibles soluciones en sus casos respectivos; debemos comenzar a hacer nuestros deberes cuanto antes. Hoy sin ir más lejos, nuestro Ministro de Economía ha pedido ayuda a la población demandando nuevas ideas.
Desde aquí queremos lanzar nuestra aportación, que esperamos contribuya a ayudar a nuestros ágiles políticos patrios, en la difícil elección de los cientos de ideas que seguro, con su tradicional capacidad de previsión y planificación, ya están barajando en sus mentes.

Haciendo un poco de historia, cualquiera puede observar que el parecido entre la situación de nuestro tejido industrial en los años setenta y la actual, es pura coincidencia. La industria española, en cualquiera de sus sub-sectores, esta prácticamente extinta; industria pesada, minería, textil, etc...
El resto de nuestro sector productivo, ganadería, agricultura, pesca y marina mercante, transporte aéreo, se encuentra en parecida situación, todos ellos quebrados, vendidos o desaparecidos. El último eje, de aquel ya vetusto plan director, incluía también el turismo, condenado a morir desde su inicio, por un diseño digno de una película de don Paco Martínez Soria, gracias a un brillante gestión urbanística y estética mantenida en el tiempo hasta hoy, y avalada por el éxito de nuestra Ley de Costas. Por otra parte, nuestra realidad energética y administrativa nos hace inviable, tan siquiera, tratar de competir con otros países. Con este panorama, y una vez extinguidas las ayudas procedentes de los fondos europeos, y Disney en Paris, la salidas que nos quedan son más o menos escasas. Siendo realistas, es difícil que podamos sobrevivir dignamente con la fabricación de botijos, castañuelas y alpargatas. Definitivamente necesitamos encontrar nuevas alternativas ajenas a los sectores productivos industriales.

No obstante, y tras un profundo análisis, he encontrado unos cuantos puntos positivos que nos permitirán urdir con éxito los mimbres de nuestro nuevo destino.
Como principales puntos de fortaleza para reconvertir nuestro país, contamos con la gastronomía, la fiesta, el sol, la Banca, sin olvidar nuestro Código Penal.
Mi propuesta, consiste en sacar de cada uno de ellos la mejor característica que los defina, en este orden respectivo; imaginación, diversión, solidez, capacidad de secreto y usura, y surrealismo, para ponerlas al servicio de nuestro nuevo plan, transformándonos oficialmente en el mejor paraíso nunca soñado por nosotros: El Paraíso Fiscal del Nuevo Orden Financiero Mundial.
Un sueño posible y que presenta pocos inconvenientes, dada nuestra dilatada experiencia en no hacernos, ni hacer demasiadas preguntas, salvo claro está, que Suiza nos declare la guerra, algo completamente asumible, y con la que podríamos pactar, en lugar de discutir, un nuevo Tratado de Tordesillas: Del Ecuador para arriba para ellos, y del Ecuador para abajo para nosotros. Nuestra secular amistad con los países árabes y con Sur y Centroamérica conforman un nicho de mercado suficiente, sin considerar el propio, para proporcionarnos un buen pasar, y que conllevaría que los suizos se contentasen con su papel restringido al mercado septentrional. Nuestro actual perfil sociológico ya goza de todos los elementos necesarios para conseguir este ambicioso objetivo con facilidad, que como nuevo garante del blanqueo de dinero mundial, nos proporcionaría vivir de las rentas ajenas con gran oficio y dignidad.

¿Puede haber una imagen más rentable para nuestro futuro, que la de un sátrapa cualquiera, disfrutando de un buen espectáculo típico, en una calida noche española, tras una opípara cena de Ferrán Adriá, y sentado junto al notario con el que acaba de finalizar la transacción de sus opacos millones, a la entidad financiera de turno de su nuevo paraíso fiscal? Solamente el ahorro que obtendríamos, legalizando definitivamente el asunto, sería inmenso.

Nuestros nuevos clientes nunca habrían soñado un marco mejor para un apreski tan exótico y comprensivo. Y nosotros por fin podríamos comenzar a soñar con una existencia, de bote de lotería constante, dorada, tranquila y apacible, plagada de inmensas estructuras administrativas regionales colmatadas de funcionarios, y surcada por caudalosos ríos de dinero negro, que avergonzarían a los actuales hasta convertirlos en simples arroyos.

Señor Ministro, manos a la obra antes de que se le ocurra la idea a alguno de nuestros vecinos.
Suiza está acabada.

viernes, 7 de noviembre de 2008

En una imposible refundación formativa de nuestro país, se deberían eliminar todos los dogmas clásicos, para comenzar su reformulación a partir de un catecismo pedagógico basado en las tres leyes básicas de la mecánica, completamente desconocidas por nuestra conciencia colectiva: “El principio de Inercia”, “La unión hace la fuerza”, y la “Ley de acción y reacción.”
Montesquieu murió, a Newton lo hemos asesinado.

miércoles, 5 de noviembre de 2008


Crónica del antiespañolismo norteamericano: Fe contra Razón

"Los dogmas del quieto pasado no concuerdan con el tumultuoso presente" - Abraham Lincoln

Ayer vivimos una circunstancia histórica sin precedentes: El triunfo de un mulato en la carrera por la Presidencia de la primera potencia mundial. Esto, que se materializará en la toma de posesión del cargo el próximo enero, sí una bala perdida no se cruza antes en su camino, es en sí mismo un acontecimiento asombroso, teniendo en cuenta la evolución social de un país, en el que éste sector de su población sufrió el recorte de parte de sus derechos civiles hasta hace pocas décadas. El hecho, por mucho que nos conmueva este edificante ejemplo democrático y sociológico, no tendrá mayores consecuencias positivas para nosotros. Esto lo digo para prevenir la frustración que, una vez más, se producirá en nuestro país con el transcurso de los acontecimientos, y por tanto para intentar evitar su influencia futura que irremediablemente, continuará alimentando de manera torpe nuestras maltrechas relaciones, y nuestro secular antiamericanismo. Aquí no acabamos de entender que a lo que hemos asistido, como cada cuatro años, es a la reelección del Jefe del Estado y no de un Jefe de Gobierno. Este matiz es fundamental para comprender el panorama, muy semejante al de tan solo hace unos cuantos siglos, ya que el juramento de su cargo no implica la defensa de otra ideología, mas que la que emana de su personal noción colectiva, de la libertad del individuo.

El enfrentamiento entre nuestras dos potencias viene de lejos. Concretamente de tiempos en los que la jefatura de nuestro estado se encarnaba en la figura de un Rey plenipotenciario y adalid de la Fe, elegido por Dios y por la sangre, para regir los destinos del mayor imperio que existió en el mundo moderno. Muchos de los quebraderos de cabeza durante el reinado de Carlos III provienen de aquella época, en la que los Británicos soñaban con deshacer nuestra hegemonía a cualquier precio. Ya en aquellos tiempos se vieron con inquietud, recelo, y afanes conspirativos, los denuedos de aquel grupo de individuos desclasados que huyeron de su insoportable existencia en los encastados países europeos de la época, en los que a modo de ejemplo, aún se consentía el derecho de pernada. Para colmo de nuestros males, la elección de su líder a través del sufragio de sus súbditos, suponía un agravio intolerable para las monarquías reinantes en la vieja Europa. A partir de este punto de la Historia, comenzaron una serie de ofensas consecutivas para nuestros intereses. Hasta pocos años antes, la influencia de la Corona de España en el mundo no había tenido parangón, y nuestra monarquía se erigía como encarnación del derecho divino de intervención exterior en nombre de la Fe.
No es por tanto extraño, que unos tipos sin pasado, con gran hambre de futuro, y aprovechando parte del pensamiento de Montesquieu y por ende del espíritu de la Revolución francesa, construyeran una constitución en 1787 que atentaba directamente contra nuestra integridad ideológica y cultural. Años más tarde, la denominada Doctrina Monroe, sintetizada en la frase “América para los americanos”, que fue elaborada por el sexto presidente americano John Quincey Adams en 1823, a partir del famoso discurso de su predecesor James Monroe, y extrapolada posteriormente a todos los ámbitos gracias a la mejora de su potencial bélico, personifica perfectamente la usurpación de facto de nuestros derechos imperiales. Es importante recordar, por poco difundido actualmente, que bajo nuestro Reino, y concretamente en las provincias de Ultramar, la esclavitud no se abolió definitivamente hasta 1873; ocho largos años más tarde que nuestros odiados ofensores, que la formalizaron en 1865 con la victoria de Abraham Lincoln sobre los estados rebeldes del Sur.
Nosotros en aquella época, ya heridos de muerte hacia sesenta años por las astillas gangrenadas de Trafalgar, continuamos recibiendo afrentas que acabaron culminando en la perdida de nuestras últimas colonias. El descabello, como bien es sabido, llegó en 1898 con Cuba y Filipinas como colofón póstumo a otro largo ciclo de la Historia moderna.
Todos estos hechos históricos, hoy relegados al olvido en el imprinting colectivo norteamericano, han sido, sin embargo, inexplicablemente somatizados por los líderes más progresistas de nuestro país en forma de afrenta constante y nunca restañada. Un misterio indescifrable para cualquier politólogo reputado, considerando los antecedentes históricos en los que bebe su modelo ideológico.
La triste realidad se resume así; desde que perdimos nuestra hegemonía, hemos basado siempre nuestra política exterior en la acción de gobierno, en lugar de hacerlo en la razón de Estado. Esta última se caracteriza porque tiene muchos fines y poca ideología, nosotros tenemos mucha ideología y ningún fin claro. Esta dogmática confusión, generada a partir de la proyección de nuestra política interior a la del exterior, continúa a través de los siglos pasándonos facturas indeseables, y parece que aún no hemos aprendido la lección. Nuestras toleradas representaciones diplomáticas autonómicas, salpicadas por el mundo, son una magnífica prueba de ello.

Con todas estas urdimbres, malinterpretadas adecuadamente desde el ámbito de lo políticamente correcto, es comprensible entender que el vestigio de la afrenta, ejercida por aquellos visionarios que escapando del "beatífico" absolutismo llevan siglos pretendiendo el progreso y la libertad, se haya apoderado del pensamiento colectivo en nuestro reaccionario país. En un momento de la Historia, unos cuantos salvajes desaprensivos nos arrebataron el monopolio del Imperio de la universalización de la Fe para sustituirlo por los "absurdos" conceptos de universalización de la Razón y de la libertad individual. Pero como digo, lo paradójico y contradictorio, es que ésta bandera se haya convertido en estandarte de la mas rancia progresía.
Pero no desesperemos, nuestros líderes actuales han tomado cartas en el asunto, y bajo una nueva estrategia, hoy progresista, de implantación laica de su renovada Fe, se afanarán por convencer, quizás en una talantosa charla de Imperio a Imperio, a nuestros endemoniados contrincantes, sobre las ventajas del Pensamiento Unico frente a la Razón, para un futuro mejor de la Humanidad.
Visto lo visto, no me atrevo a augurarles un gran éxito, ni a los unos, ni a los otros.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Cuando escucho a los políticos que se postulan como la solución a la pobreza en el mundo me echo a temblar. Son de la clase de los que no se pueden permitir la erradicación de su propio nicho de mercado, ya que esto implicaría su suicidio electoral. Un sacrificio potencialmente imposible, salvo que tengan otras intenciones más aviesas, alejadas del plebiscito popular.
Son las contradicciones de las demagógicas ideologías retroalimentadas.

Por la Ciencia y la Gloria Nacional...

“El progreso no consiste en aniquilar hoy el ayer, sino, al revés, en conservar aquella esencia del ayer, que tuvo la virtud de crear ese hoy mejor” - José Ortega y Gasset

Con esta frase, hoy seguro que políticamente incorrecta, el profesor Robert Ryal Miller comenzaba el título de su magnífico libro sobre la denominada Expedición Científica del Pacífico (1862-1866), editado en 1983 por Serbal, en el que se narra e ilustra la, desconocida por el gran público, epopeya protagonizada por un reducido grupo de científicos españoles de la época, entre los que destacó Marcos Jiménez de la Espada. El libro relata con bastante minuciosidad las circunstancias que rodearon la expedición, sus descubrimientos y aportaciones al conocimiento, y sobre todo, los penosos avatares en los que transcurrió la nunca debidamente recompensada gesta.
Este eminente naturalista, geógrafo e historiador, tuvo un papel preeminente en la misma, y su incansable naturaleza contraria al desaliento le condujo incluso a atravesar a pié, en solitario, y sin apenas medios, el continente americano de oeste a este, concretamente desde el Pacífico hasta el Atlántico por los más intricados recovecos de los ríos Amazonas, Orinoco, y parte de sus afluentes.
Todavía recuerdo la anécdota, que contaba divertidamente mi abuela Ana, al respecto del encuentro casual de don Marcos con una expedición británica de salacof y camisa almidonada en un recóndito afluente del Amazonas, en una escena digna de la “Reina de Africa”. Los expedicionarios ingleses instalados en una confortable nave fluvial forrada de mosquiteras, contaban con guías locales, y hasta con servicio contratado para atender sus necesidades básicas, y no dieron crédito a sus ojos cuando, mientras disfrutaban de una reconfortante taza de té, vieron surgir de entre la espesura de la selva, a un hombre blanco y de larga barba, que descalzo, con un morral al hombro y unos cuadernos de apuntes como únicas armas, les informó de las circunstancias y objetivos de su increíble periplo científico representando a España.

Es bastante obvio que en España, y por múltiples causas, nunca se ha prestado la debida atención, por no decir otra cosa, a los que han perseguido el avance del conocimiento. Los mecanismos transformadores de la civilización en su imparable y constante evolución son bastante simples, y las oportunidades para cualquier nueva aportación se producen sistemáticamente como resultado y consecuencia lógica del desfase entre el conocimiento y su aplicación práctica. En el caso concreto de la técnica, el asunto se aprecia más claramente, y todos los inventos modernos se sustentan en este mecanismo. La revolución tecnológica que vivimos es una fuente inagotable, para un observador agudo, de este tipo de disfunciones entre el Estado de la Técnica y las nuevas necesidades creadas a partir de su evolución. Diferentes ámbitos tan dispares como la medicina , la robótica, o el transporte son buena prueba de ello.
El transporte aéreo, en concreto, es un buen ejemplo para comprender el argumento: Hoy en día una carta tarda siete horas desde Nueva York hasta Madrid en una aeronave de última generación. Esto, que gracias a los aviones a reacción hubiese sido impensable hace tan solo unas décadas, es sin embargo hoy algo poco sorprendente (y por tanto mejorable) teniendo en cuenta que la misma carta, en contenido y apariencia, tarda escasas décimas de segundo en hacer idéntico recorrido a través del Correo Electrónico. La rendija entre esta realidad y el estado de la técnica obligarán a corregir este “desacompasamiento” en algún momento. Para todo ello, por supuesto, es necesaria la intervención de algún espíritu inquieto que por una u otra razón advierta la grieta y trabaje en su taponamiento, en aras del progreso colectivo.
A mí, el tema siempre me ha apasionado, probablemente por un componente genético familiar relacionado con la curiosidad, y tal vez también por haber pasado parte de mi infancia entre ejemplares, de mitad del siglo pasado, del Popular Mechanics con los que mi imaginación juvenil se desbordaba ante el festival de ingenio que mostraba, en toda su plenitud, el poder de la imaginación creadora del hombre.
Dentro de mis limitaciones, continúo manteniendo este espíritu que espero nunca me abandone.

Hace unos cuantos años, cansado de comprobar que la información sobre el estado del tráfico rodado en Madrid, y en la mayoría de las grandes urbes del planeta, era un clon diario de sí misma, un joven amigo mío se conjuró a buscar potenciales soluciones al problema de la logística urbana.
El resultado, tras mucho tiempo y dinero personal invertido, fue el desarrollo de lo que técnicamente se denomina como un “Modelo de utilidad” que incluso mi amigo llegó a patentar. El modelo, bautizado comercialmente como “Metrologist” consistía en el desarrollo de un sistema de transporte combinado de mercancías a través de la red del metro, que se completaba con un parque de furgonetas eléctricas con base en cada estación subterránea, destinadas a la distribución capilar de productos perecederos y de consumo. La congestión del tráfico urbano en horas punta, la necesidad por rentabilizar la inversión que acarrea un suburbano, con el lujo que supone no tenerlo en funcionamiento permanente las 24 horas al día, sumados al ahorro energético y a la reducción de emisión de gases son, entre otros, argumentos sólidos para prever su implantación y desarrollo en un futuro cercano. El estado actual de la técnica permite además su implantación tanto en instalaciones existentes, con su pertinente adaptación, como en las de nueva creación, sin mayores complicaciones. Tras la expectación creada con la publicación del invento, comenzó la consecuente carrera para su difusión y desarrollo. El resultado, tras recorrer muchos pasillos administrativos fue desolador. De entre todos los portazos recibidos, me quedo con un ejemplo lo suficientemente ilustrativo como para no seguir el desesperanzador relato: Una autoridad local responsable del negociado en cuestión le dijo:
-Es lo más sorprendente que he visto en toda mi carrera, no obstante es completamente inviable por una poderosa razón; los sindicatos del ramo jamás permitirán que los conductores de metro trabajen por la noche...-
Muchos comprenderán que mi amigo esboce una sonrisa cuando escucha, en nuestro país, hablar de I+D. No lo puede evitar.

Valgan al menos estas líneas para homenajear a todos los hombres, que como Marcos, continúan su destino solitario con el afán y el tesón de los que pensaron que el avance del conocimiento y su difusión son la única esperanza para un futuro armónico de nuestro planeta.

Mi tatarabuelo recibió muchas distinciones, la mayoría de instituciones extranjeras de gran prestigio. Cuando, al final de sus días, la Academia Española de la Historia por fin reconoció el valor de aquel hombre de acción, que entre otras cosas delimitó las actuales fronteras entre Colombia, Perú y Ecuador, mediante la concesión de una medalla de oro como distinción a su brillante trayectoria, éste tuvo que disculpar su asistencia al acto de entrega de la misma.
Don Marcos no disponía del dinero necesario para pagar el prescriptivo traje de frac, impuesto por la etiqueta académica, y establecido para aquella magna ceremonia.
Yo, un poco menos joven, aún mantengo la patente en el cajón de mi escritorio.
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Más información sobre Marcos Jiménez de la Espada:
http://es.wikipedia.org/wiki/Marcos_Jim%C3%A9nez_de_la_Espada