miércoles, 19 de noviembre de 2008

Podemos afirmar con orgullo que la guillotina aún continúa en vigor en España. El mérito es todo de nuestras fenomenales autoridades encargadas del Tráfico. Lo de los guarda-raíles y las motos comienza a somatizarse, desgraciadamente a paso de huevo, pero nadie parece fijarse en las traseras asesinas de cualquier camión o camioneta que nos preceda, en la mayoría de los casos sin parachoques, o con estos a la altura de nuestros ojos, y siempre con la carrocería sobresaliendo sobre el chasis. En caso de alcance, nuestra cabeza será limpiamente amputada para desconsuelo del inútil señor airbag.
Claro, que para que a alguien se le ocurriese homologar la altura de los elementos de impacto de todos los vehículos rodantes haría falta cabeza, y me temo que los que mandan en el negociado son inmunes a la devastadora cuchilla.
Todo apunta, a que éste molesto apéndice capital no figura entre su equipamiento de serie.

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