viernes, 24 de octubre de 2008

“En una ocasión, cuando yo vivía en la ciudad de Nueva York, fui invitado a una cena en petit comité con una Infanta de España. Durante la excelente velada en casa de mi amigo, la Infanta preguntó a cada uno de los invitados su personal y sincera opinión sobre la gran manzana. Cuando llego mi turno, espeté:

-Para mí Nueva York es la ciudad del mundo donde se da la mayor concentración de hijos de perra por metro cuadrado...-

La cara de la señora ni se inmuto gracias a su ejemplar entrenamiento. La de nuestro anfitrión cambió de color. Me consta que aún recuerda la anécdota con hilarante desolación. La Infanta también.

Son los riesgos a los que nos exponemos cuando pedimos opiniones sinceras...”

Anecdotario personal

2 comentarios:

gonzalo dijo...

No puedo evitar una carcajada y hacerme a la idea de que esa sí es la auténtica Jungla de Cristal.
¿Será también la ciudad que más predicadores tenga por las calles, ofreciendo "su salvación"?
En cuanto a la invitada de honor, ¿cuál fue su opinión respecto a la gran manzana?

ALAZOR dijo...

Efectivamente, orates había un montón. No se puede olvidar que es la ciudad sagrada de Occidente. Unos cuantos musulmanes fanáticos la consagraron un aciago septiembre. En cuanto a la invitada de honor, creo que no tiene opinión creada con respecto a nada. Cambió el terciopelo por la micosis plantar y el aroma de chandal sudado. Tiene su mérito.