“En una ocasión, cuando yo vivía en la ciudad de Nueva York, fui invitado a una cena en petit comité con una Infanta de España. Durante la excelente velada en casa de mi amigo, la Infanta preguntó a cada uno de los invitados su personal y sincera opinión sobre la gran manzana. Cuando llego mi turno, espeté:
-Para mí Nueva York es la ciudad del mundo donde se da la mayor concentración de hijos de perra por metro cuadrado...-
La cara de la señora ni se inmuto gracias a su ejemplar entrenamiento. La de nuestro anfitrión cambió de color. Me consta que aún recuerda la anécdota con hilarante desolación. La Infanta también.
Son los riesgos a los que nos exponemos cuando pedimos opiniones sinceras...”
Anecdotario personal
-Para mí Nueva York es la ciudad del mundo donde se da la mayor concentración de hijos de perra por metro cuadrado...-
La cara de la señora ni se inmuto gracias a su ejemplar entrenamiento. La de nuestro anfitrión cambió de color. Me consta que aún recuerda la anécdota con hilarante desolación. La Infanta también.
Son los riesgos a los que nos exponemos cuando pedimos opiniones sinceras...”
Anecdotario personal
2 comentarios:
No puedo evitar una carcajada y hacerme a la idea de que esa sí es la auténtica Jungla de Cristal.
¿Será también la ciudad que más predicadores tenga por las calles, ofreciendo "su salvación"?
En cuanto a la invitada de honor, ¿cuál fue su opinión respecto a la gran manzana?
Efectivamente, orates había un montón. No se puede olvidar que es la ciudad sagrada de Occidente. Unos cuantos musulmanes fanáticos la consagraron un aciago septiembre. En cuanto a la invitada de honor, creo que no tiene opinión creada con respecto a nada. Cambió el terciopelo por la micosis plantar y el aroma de chandal sudado. Tiene su mérito.
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